Detrás de una gran pastelería siempre hay grandes profesionales y, en este caso, grandes personas. Siempre manteniendo como base de su trabajo el uso de ingredientes de primera calidad, el respeto a la tradición y siempre con ojo en la innovación y el futuro hacen de sus creaciones una auténtica delicia y un disfrute para los sentidos. Sin duda, no puedo tener nada más que respeto y admiración hacia una familia que considero la mía. Gracias Bego, Inés, Raúl y Julián. Sois un ejemplo a seguir.